España parece ofrecer la combinación perfecta entre historia, gastronomía y variedad de paisajes, que abre las puertas a diferentes y variadas opciones de ocio. Cataluña y Mallorca no son la excepción, sino que confirman a viva voz ese irresistible equilibrio. Barcelona se presenta con la escala humana justa; ciudad vivible, disfrutable, caminable. Cada paso que uno transita por la Ciudad Condal recrea cada uno de aquellos ingredientes del mix español. Y su identidad. Una orgullosa identidad que se refleja en un sinnúmero de banderas catalanas colgando en los balcones, y no sólo la señera roja y amarilla, sino la republicana “estelada”, que agregando una estrella blanca en fondo azul rememora simbólicamente las banderas de Cuba y Puerto Rico. 300 años después del sitio, resistencia y toma de la ciudad por Felipe V desde la centralizadora Madrid, la mística se reedita. Son tiempos decisivos en la vida política catalana y española. La ciudad palpita modernismo y Gaudí. Más allá d...
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