LAS CONVERSACIONES SOBRE SIRIA
Astaná y Ginebra, ¿nuevas oportunidades de avance?
por Ramiro Rodríguez Bausero
2 de abril de 2017
El pasado 15 de
marzo culminó en Astaná, Kazajstán, una nueva ronda de conversaciones relativas
a la guerra civil siria. Los negociadores volvieron a sus lugares de origen luego
de dos días de reuniones sin ningún progreso sustancial bajo la manga.
A diferencia de
la primera reunión en la capital kazaja el 24 de enero, en esta oportunidad las
facciones rebeldes no se hicieron presentes en las conversaciones, debido
principalmente a las incesantes muestras de violencia que todavía siguen marcando
el conflicto sirio y a la prosecución de los enfrentamientos. El único acuerdo
alcanzado en esta nueva ronda de conversaciones es el referido al compromiso de
Turquía, Rusia e Irán de reunirse durante los primeros días del mes de mayo.
A la semana
siguiente los encuentros continuaron el Ginebra – Ginebra V-, luego de que el
enviado especial de Naciones Unidas, Steffan de Mistura anticipara a la
comunidad internacional que no esperaran grandes avances en esta nueva parada
negociadora, justamente por la complejidad de toda la situación y las muestras
que las partes involucradas estaban dando de no querer avanzar hacia un acuerdo
– naturalmente complejo - que contemple sus intereses.
La agenda de las
conversaciones está conformada por cuatro canastas: la canasta 1, referida al
logro de una gobernanza interna inclusiva y no sectaria, para lo cual se
propone un plazo de seis meses. Las propuestas respecto de este punto son tan
variadas como las ideas de cada actor involucrado respecto del modelo de país que
debe emerger del conflicto, desde soluciones más federalistas hasta otros
planteamientos que directamente propenden a una balcanización del país.
La canasta 2 es
la que se centra en alcanzar un proyecto de nueva constitución para Siria, para
lo cual también se impone un plazo de seis meses; la número 3 trabaja para la realización de elecciones
libres en un plazo de 18 meses, celebradas bajo supervisión de Naciones
Unidas, para las cuales todos los
ciudadanos sirios, incluyendo los que se encuentran en el exterior, puedan
participar.
Finalmente se
presenta una nueva canasta, la número 4, que refiere a los asuntos de contra
terrorismo, seguridad, y medidas de construcción de confianza. Respecto de la
inclusión de esta canasta 4, incorporada a instancia del gobierno sirio, la
misma fue rechazada por el HNC, el Alto Comité Negociador que nuclea a casi
toda la oposición “rebelde” del país. Este hecho, sumado a la diferencia de
visiones respecto del futuro Estado, impulsó a los representantes del Consejo
Nacional Kurdo a retirarse del Alto Comité, precisamente por sentirse no
respetados en sus “derechos constitucionales” y por no lograr el apoyo a la solución
federal impulsada por ellos en el seno del Comité.
Otro punto
importante que también contribuye a obstaculizar el avance de las
conversaciones es el relativo a las diferencias que existen respecto del papel
de Naciones Unidas como intermediario de estas negociaciones. En este sentido,
el gobierno sirio prefiere mantener este esquema de conversaciones indirecto –
a través del Enviado Especial de ONU -, a diferencia de los rebeldes que son
defensores de un diálogo directo con los representantes del gobierno sirio.
Históricamente ha
sido difícil llevar adelante conversaciones de paz mientras el conflicto en el
campo de batalla sigue desarrollándose y continúa marcando el ritmo de
aquellas. Negociaciones emblemáticas se han llevado adelante con marchas y
contramarchas de acuerdo a los avances o derrotas en el frente de guerra. En este
caso particular, ambas partes del conflicto – gobierno y grupos rebeldes – se
acusan mutuamente de seguir llevando adelante acciones en el terreno; del lado
del gobierno de al-Assad, respecto de la reciente ofensiva rebelde en la
provincia central de Hama, y del lado de las fuerzas opositoras, las
acusaciones de que el gobierno está atacando zonas civiles, como escuelas y
centros médicos, así como de estar realizando arrestos arbitrarios de entre la
población.
Como fuera
mencionado los tres países auspiciantes de las negociaciones, Turquía, Rusia e Irán,
acordaron en Astaná volverse a reunir a principios de mayo, luego de celebrar
reuniones de consultas de expertos en Teherán a mediados de abril. Sobre esta
nueva reunión en la capital iraní, Mistura pretende que los tres Estados
garantes contribuyan a revitalizar el cese al fuego acordado en diciembre de
2016, cuyas continuas violaciones de ambas partes constituyen el principal
obstáculo para el logro de una solución duradera. En este sentido, se destaca
el hecho de que Irán se erige oficialmente en tercer garante de este proceso,
consolidando un triunvirato de Estados aparentemente dispuestos a acompañar y garantizar
el proceso en un país donde convergen importantes intereses de cada uno de
ellos. Por lo expuesto, es fundamental lograr el apoyo de estos países a un
tortuoso camino hacia una salida del conflicto sirio, tratando de superar las
recíprocas suspicacias sobre los apoyos de Rusia e Irán el régimen de los Assad,
y de Turquía a algunas facciones rebeldes[1],
y de ese modo trabajar mancomunadamente para poner fin a una guerra que ya
ingresó en su séptimo año, con un saldo de más de 400,000 muertos, la mitad de
la población del país fuera de sus hogares y una crisis humanitaria y de
refugiados sin precedentes.-
[1]
Amén de las acusaciones por parte del gobierno de que los grupos opositores
responden a manipulaciones de Arabia Saudita y Qatar, además de Turquía.
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